Con el año nuevo nos planteamos nuevos objetivos y nuevas acciones que materializar, como por ejemplo, el llevar una vida más saludable, hacer ejercicio físico regularmente, eliminar malos hábitos como el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, el llevar una vida más organizada, etc.
En este post, y por lo que que a nosotros nos respecta, nos vamos a centrar en los propósitos de una vida sana y físicamente activa y en exponer unas estrategias básicas para empezar con buen pie el camino hacia el hábito estable.
Los buenos propósitos se convierten en metas alcanzadas cuando se formulan en consonancia con nuestra realidad, realidad en el plano físico y emocional. Es decir, en el plano deportivo, no podemos crearnos un objetivo que vaya más allá de nuestra capacidad física actual, ya que al no conseguirlo, nos frustraremos y nos sentiremos mal e incapaces.
En el caso de iniciarse en una actividad deportiva, hemos de elegir actividades sencillas, divertidas y que permitan ir progresando escalón a escalón, y repito, sobre todo, que te diviertan. Una actividad que nos haga sentir bien, y que no genere sensaciones de incompetencia. De esta manera, se puede tomar el camino a la adherencia y la práctica regular de ejercicio.
Otro aspecto muy importante es cómo nos planteamos nuestros objetivos, es decir, valorar y reflexionar si es ético con mi vida, con mi familia, con mi trabajo; si es medible, si puedo saber mis progresos; si está en consonancia con mis capacidades físicas y sobre todo, si realmente estoy comprometido con ello y tengo los medios a mi alcance para conseguirlo.
Un consejo muy sencillo para que el hábito se consiga y nuestra salud mejore, es que el ejercicio físico debe ser regular, ya sea más o menos tiempo al día, pero que sea regular... Con 15-20 min de caminata rápida al día nuestra salud no se resentirá y comenzaremos a sentirnos con más vitalidad; será el primer paso.
Otro aspecto, sobre todo para las personas que entrenan o se ejercitan sin supervisión, es el descanso. Es el período en el cual, el entrenamiento realizado surte sus efectos sobre el organismo. Sin esta recuperación, al volver a entrenar pueden aparecer sensaciones negativas como cansancio y falta de vigor, existe un mayor riesgo de lesiones y ante todo, el ejercicio físico puede convertirse en un castigo.
Para llegar al hábito, lo verdaderamente importante, es que el ejercicio te haga sentir bien, con vigor, con vitalidad y con capacidad de resistencia para las tareas más exigentes del día a día. Al inicio, debes evitar ejercicios y actividades deportivas complicadas, ya que en estos casos tardarás más tiempo en obtener resultados positivos y motivantes.
Si tienes dudas sobre qué tipo de ejercicio es el que más te conviene, los tiempos y descansos, todo ello basado en tus objetivos y en consonancia con los aspectos de tu salud, habla con nosotros, estaremos encantados de ayudarte: Coentrena.